21 ago 2012

La fuerza del optimismo

La fuerza del optimismo
Hace algunos días os hablamos del libro Superar la adversidad. El poder de la resiliencia del doctor Luis Rojas Marcos. Todos los libros de este psiquiatra afincado en Nueva York merecen la pena, pero hoy os traemos aquíe uno especialmente recomendable, La fuerza del optimismo, que incluimos dentro de la temática de Libros de Psicología Positiva.

La fuerza del optimismo es un libro que merece la pena, porque al igual que el resto de títulos de Luis Rojas Marcos, sus conclusiones y aportaciones van siempre avaladas y contrastadas con investigaciones y estudios empíricos.

En la obra, su autor, dice: «El optimismo saludable no implica un falso sentido de invulnerabilidad ni un estado alocado de euforia. Por el contrario, es una forma de sentir y pensar que nos ayuda a emplear juiciosamente las habilidades propias y los recursos del entorno, y a luchar sin desmoralizarnos contra las adversidades».

El optimismo (o pesimismo) no es otra cosa que la forma en que coloreamos la vida, si en tonos más grises o en tonos más vivos, y ello se refleja en tres ámbitos temporales:

1. Pasado: Hay gente que mira hacia atrás y no se perdona; no es condescendiente con el error y tampoco se da segundas oportunidades. Hay que reconciliarse con el ayer y cicatrizar las heridas sabiendo que toda experiencia es un aprendizaje. Cuando no se hace uno alberga sentimientos destructivos de odio, rencor, venganza o culpa.

2. Futuro: El estilo optimista también se refleja en cómo vemos el futuro y que no es otra cosa que lo que llamamos esperanza. No obstante, conviene no confundir esperanza con falso optimismo; ese estado de exaltación basado en unas expectativas irreales que conducen a la frustración. El término esperanza hace referencia a control de las circunstancias; a no poner el desenlace de nuestra vida en factores externos sobre los que nos podemos actuar y que nos instalan en la resignación.

3. Presente: El optimismo se manifiesta igualmente en el presente evitando que los pensamientos automáticos negativos nos invadan maldiciendo lo que somos y lo que hacemos. El día a día está plagado de contradicciones y situaciones que no marchan como uno había previsto y que hacen temblar la estabilidad y la tranquilidad que añoramos. En este sentido, el optimismo está también muy relacionado con la habilidad para relativizar y no hacer de un grano de arena una montaña.

Los estudios empíricos recogidos en La fuerza del optimismo demuestran cómo el optimismo (pesimismo) influye en todos los ámbitos de la vida. En concreto:

– Salud.
– Longevidad.
– Creatividad.
– Deporte.
– Felicidad.
– Empresa.
– Política.

Por ejemplo, en el ámbito de la Empresa, es conocido el estudio dirigido a finales de los 80 por Martín E. P. Selingman, Profesor de la Universidad de Pensilvania, entre 15.000 aspirantes a vendedores de pólizas de seguros de la empresa Metropolitan Life, los cuales realizaron dos pruebas: la de aptitud para vendedores y otra de personalidad que medía el grado de optimismo y pesimismo de los candidatos.

Como resultado, se contrataron a 1.200 individuos que se dividían en tres grupos. El primero, el de los optimistas, formado por 500 candidatos que habían aprobado el examen de aptitud y que de acuerdo con el test de personalidad, eran moderadamente optimistas. El segundo grupo lo formaban los pesimistas, otros 500 aspirantes que también habían pasado la prueba de aptitud pero que tenían una personalidad moderadamente pesimista. El tercer grupo, denominado los comandos especiales, lo integraban unos 200 candidatos que habían suspendido la prueba de aptitud, pero que en el test de personalidad mostraban niveles muy altos de optimismo.

Dos años después, los directivos de Metropolitan Life comprobaron la productividad de los tres grupos. Los resultados revelaron que los más productivos habían sido los comandos especiales. Estos superoptimistas suspendidos en el examen de aptitud, aventajaron en venta de pólizas al grupo de los optimistas en un 26% y al de los pesimistas en un 27%. Al parecer, el éxito de los vendedores de talante optimista obedecía principalmente a su más alta persistencia en la labor y a su mayor resistencia a rendirse ante los rechazos de los posibles compradores. El optimista lo intenta más veces. Mientras un vendedor normal realiza doce llamadas de teléfono el optimista insiste el doble de veces.

En La fuerza del optimismo se recogen diferentes estrategias y técnicas a seguir para incrementar nuestra disposición optimista. Además, el libro está además repleto de numerosas frases y citas interesantes. Por ejemplo, Hellen Keller afirmaba: «Ningún pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares desconocidos, ni ha abierto una puerta al espíritu humano». Y Julián Marías señalaba: «Llevamos bien el estar mal hoy si pensamos que mañana vamos a estar bien. Por el contrario, aunque nos sintamos bien, si creemos que mañana nos vamos a sentir mal, dejamos de sentirnos bien».

Sin dudas, La fuerza del optimismo es un libro imprescindible que no debería faltar en ninguna biblioteca, porque la vida sin optimismo es menos vida, entre otras cosas, porque como decía el CEO de ITT, Harold Geneen: «En los negocios, el 99% de las sorpresas son negativas».

«LA FUERZA DEL OPTIMISMO» está disponible en: